viernes, 29 de diciembre de 2017

El Matriarcado, un concepto manipulado y puñeteramente olvidado



En todos los primeros capítulos de los libros de la historia del arte primitivo encontramos imágenes y grabados del mismo tipo de figurillas de arcilla. En la arqueología se las llama "Venus" y nos demuestran las primeras inquietudes del ser humano cuando estuvo viviendo de forma nómada en cuevas y refugios.

Para los hombres y mujeres primitivos el milagro de la vida fue uno de los mayores misterios en un mundo en que la mayoría morían muy jóvenes. La capacidad de las mujeres para traer nuevas vidas provocó que la maternidad se convirtiera en cuestión primordial, en un principio divino al que aferrarse, como única forma de poder perpetuarse en el tiempo.

Eran tiempos muy difíciles para la supervivencia del ser humano, donde los miembros de la familia se veían constantemente acosados por animales salvajes mucho más fuertes y poderosos que el propio ser humano. El peligro a sucumbir en las fauces y garras de tanto animal salvaje suelto, era permanente, tanto de día como de noche. Pocos eran los hombres y mujeres que vivían más de 40 o 50 años, por aquel entonces los consejos de ancianos brillaban por su ausencia, casi nadie llegaba a la vejez.


Durante decenas de milenios los papeles del hombre y la mujer quedaron perfectamente definidos. Los hombres adultos de la familia salían a cazar y no regresaban hasta conseguir dar muerte a una buena presa. Podían permanecer lejos de su familia largos periodos de tiempo. Las mujeres eran las que permanecían en el hogar a cargo de la prole y pariendo cada 9 meses. Por tanto eran las mujeres las que conocían los problemas de la comunidad y se encargaban de salir adelante tomando las decisiones del día a día que ellas creían más oportunas. Los hombres sabían de arcos, flechas y eran conocedores de las costumbres de los animales que cazaban, pero de dirigir la vida cotidiana del núcleo familiar, no tenían puta idea.

A la cabeza del núcleo familiar estaban las mujeres y los hijos crecían junto a sus madres. Los hombres ejercían un papel secundario que no tenía continuidad en ningún tipo de legado o herencia. La costumbre de algunos países de que el primer apellido de los hijos sea el de su madre, es una reminiscencia de la larga época matriarcal que disfrutó la humanidad en sus inicios. Los portugueses y brasileños son un claro ejemplo de que el apellido materno se impone al paterno.

A lo largo del Planeta la arqueología nos ha ido mostrando la proliferación  de estas figuras femeninas con un patrón común muy concreto: grandes pechos, gran vulva y vientre muy hinchado. En toda la Edad de Bronce, desde la Península Ibérica hasta la India, la humanidad amo a la maternidad con todas sus fuerzas, la gran cantidad de figuras en cinta desenterradas, así nos lo demuestran. En los estratos correspondientes al final de la última glaciación, no encontramos mas que este tipo de figuras femeninas; las monedas, collares, anillos y demás objetos primitivos, aparecen en estratos superiores.


La datación de cada una de estas Venus, no deja lugar a dudas. Se trato de un largo periodo de tiempo que superó en creces la época actual, en donde el dominio es patriarcal. La diferencia es brutal, las decenas de miles de años que duró el matriarcado, contra los escasos 7 u 8 mil años que llevamos de patriarcado.

Llegados a este punto, podemos a empezar a comprender el motivo por el que tanta Venus molesta a más de uno. La antiguedad de todas ellas no cuadra con las historias que nos cuenta el Vaticano.


El ser humano primitivo adoró a la maternidad durante miles de años. El misterio de la vida mantuvo a la humanidad encandilada por mucho tiempo. Desde Asia Occidental hasta el Mediterráneo predominó un culto basado en la fertilidad y la productividad de la tierra. Las mujeres en cinta y los frutos de la tierra, anduvieron de la mano durante decenas de milenios.

La Madre Tierra se reproduce a si misma, del mismo modo que también lo hacen las mujeres. Es una relación evidente que los hombres primitivos tuvieron muy presente.

En una época en que los humanos vivían rodeados de peligros y serias adversidades, la fecundidad y la procreación se convirtieron en los primeros referentes a quién rogar y pedir protección. Pero un importante detalle nos puede hacer sospechar de que estas figuras no representaban a una diosa, sino que eran simples amuletos para que la mujer fuera una excelente procreadora. Nos estamos refiriendo a las pequeñas dimensiones que tienen todas estas figuras desenterradas de mujeres en cinta.

Bajo este contexto podemos afirmar que "el tamaño bolsillo" de las Venus las convirtieron en los primeros amuletos que la humanidad utilizó como herramienta para alcanzar la felicidad y poder procrear "a toda máquina".

El culto a la mujer fecunda y procreadora se extendió por todas partes.  la lista es interminable y en todos los casos se estableció una relación que podríamos considerar como una de las máximas de los primeros tiempos:
madre = fecundidad = tierra fértil = prosperidad = abundancia = felicidad.
La Gran Diosa era una diosa que estaba por encima de todo lo demás y ejercía el papel de "Gran Madre": Inanna en Mesopotamia, Isthar en Babilonia, Astarté en Fenicia, Isis en Egipto, en Frijia y Efeso adoraban a Cibeles, Ashterat en Siria, Hebat entre los hurritas, Kali-Durga para los hidues y posteriormente en Grecia surgieron Gea, Rea, Deméter y Hera. De todas ellas, sin excepción, nacieron posteriormente los dioses masculinos.


Los dioses masculinos aparecieron mucho más tarde cuando el desarrollo de la agricultura y los animales domésticos provocó que dejáramos de ser nómadas y empezáramos a fundar grandes ciudades. Llegados a este punto es donde aparecen los dioses jóvenes y la viralidad necesaria para poder procrear (Attis, Horus, etc.). Dichos dioses masculinos se emparejaban con la Gran Diosa en una unión sagrada y fecunda, pero siempre la Gran Diosa era la que mantenía la supremacía, mientras que los dioses masculinos permanecían en un nivel inferior.

La Gran Diosa también era la nodriza de todo futuro rey, confiriéndole su divinidad e inmortalidad.  Mucho más tarde, el mundo cristianismo la integro dentro de su credo como la "Magna Mater" de donde surge la figura de la Madona, madre de Dios y madre de todos los hombres y mujeres.

Buena prueba de ello la encontramos en uno de los atributos principales de todas las madonas cristianas: un orbe. Es una señal inequívoca de que nuestro mundo es sostenido sobre una mano femenina. La famosa "Moreneta" catalana es un magnífico ejemplo que nos muestra "la mano que mece la cuna".

La cultura celta también tuvo como preocupaciones fundamentales a la abundancia y la fecundidad. La figura de una madre protectora es constante en el mundo celta.  Siempre las encontramos con algún recién nacido en sus brazos y rodeadas de símbolos relacionados con la abundancia: fruta, pan y maíz. Estas diosas celtas también las encontramos en escenarios donde el agua (fuentes, estanques, surtidores, manantiales) siempre está presente y es protagonista. Muchas veces las vemos representadas en forma de tres diosas, pues el tres es el número sagrado celta.


Es una lástima que la historia se haya contado desde otro punto de vista mucho más machista y patriarcal. Solamente al leer los libros de historia actuales, ya nos damos cuenta que la lección no se ha aprendido de forma correcta. Los últimos 7 u 8 mil años de Patriarcado son insignificantes frente a las decenas de miles de años en que el Matriarcado fue practicado por doquier.

Pero algo paso y nuestra forma de pensar y vivir cambió por completo dando un giro de 180 grados, de forma que la escala de valores del programa original quedo completamente alterado:


¿Cuándo es que la humanidad cambia del matriarcado al patriarcado?

Hay muy poca información al respecto, estamos ante un periodo de la historia del que muy poco se habla. Pero según parece, todo ocurrió cuando la humanidad empezó a dominar la agricultura y la ganadería. Los hombres cambiaron la caza por una cómoda butaca de su nueva casa construida en el interior de una ciudad amurallada.

La caza paso de ser una necesidad irreemplazable, a ser uno de los deportes con que los hombres se divertían jugando a ser "el rey de los animales". Entonces el rol del hombre cambió por completo y desde sus cómodas butacas empezaron a dirigir el tinglado. Las Venus y los símbolos de la Luna fueron sustituidos por un tipo con barba que volaba acompañado por el símbolo solar.

Como por arte de magia, entre palacios y murallas, los hombres con  barba sentados en lugares elevados, empezaron a utilizar las varas que nuestros alcaldes siguen portando como signo de poder y autoridad.

La mujer paso a ejercer un papel secundario y hasta sus encantos fueron ocultados con vestimentas que solo dejaban ver parte de su rostro. Y es que la historia de las mujeres y el puto velo, viene de muy lejos, como vemos en la siguiente imagen, dónde entre barbas solamente hay una mujer completamente ocultada tras sus vestimentas:



Hace unos 8.000 años hubo una marcada tendencia en sustituir las mujeres embarazadas por hombres todopoderosos con barba que tenían un interés especial en hacer ver que eran los primeros en llegar. Un interés que, a juzgar por los libros de historia, ha llegado al siglo 21.

Y el hombre con barba hizo todo lo posible para que la gente creyera que el hombre fue primero que la mujer. Para tal fin utilizó unos "libros sagrados", argumentando que estaban escritos por inspiración divina. Unos "libros sagrados" en donde la mujer es creada después del hombre y, para más inri, tiene la osadía de comer la manzana del pecado original.

Por culpa de Eva, la humanidad queda condenada de por vida y lo peor de todo es que todo dios se lo ha creído durante siglos y siglos. La historia tiene guasa, mucha guasa. Para Mama Natura, creer que la mujer proviene de una costilla de un hombre que estaba primero que ella, es la peor de las ofensas.

Los hombres con barba no empezaron a dirigir la nueva sociedad sedentaria con las manos vacías. Con las barbas y los "libros sagrados" llegaron tres plagas que no nos han dejado de putear: las religiones, la política y las monedas de oro y plata. Son las 3 puntas del tridente que nos tiene sometidos desde entonces. Es la gran trampa del tridente, no es de extrañar que el portador del tridente sea barbudo.

Llegaron las barbas al poder,... y la acabamos de bien joder!!!!!!!


Los años que llevamos bajo una sociedad patriarcal y machista, ha hecho que la mujer se sienta menospreciada y aspire a ser como el hombre. Nos hemos olvidado que el hombre y la mujer no pueden ser iguales por una sencilla razón: somos completamente diferentes y complementarios.

En la obra original hay dos protagonistas y querer convertirlos en solamente un protagonista,....es olvidar que en este mundo hemos venido a experimentar la dualidad. El protagonismo de la mujer es indiscutible y no puede ser menospreciado sin que paguemos por ello un precio muy alto.

Me gustaría que no se me mal interpretara, no estoy diciendo que la mujer tenga prohibido independizarse y que su vida tiene que basarse en cocinar y parir. La función de la mujer en la sociedad es parecida a la función que en nuestros cerebros realiza el hemisferio derecho. Cada uno de los dos hemisferios es diferente por que nuestro cerebro, al igual que el ser humano, también es dual.



No podemos pretender que nuestro hemisferio derecho ejecute las funciones del hemisferio izquierdo. Cada uno de los dos hemisferios tiene encomendadas funciones completamente diferentes. Del mismo modo, la función y características de las mujeres son de vital importancia para que nuestra sociedad pueda subsistir. Los seres humanos no pueden evolucionar sin que la parte femenina se manifieste en todo su esplendor. De lo contrario, nos vamos al carajo!!!!!!

La evolución de la especie humana en este planeta se esta apartando de la idea original. Una banda de desalmados, mientras juegan a ser dioses, nos quieren cambiar las reglas del juego. Me refiero a unos pocos que se creen iluminados por ser amantes de la materia y la acumulación de riquezas. Se creen seres superiores y que son los pastores de un rebaño que les pertenece. Un rebaño que esta dormido y no percibe el engaño, ni hacia dónde nos encaminamos.


Quieren ser eternos y perfectos, olvidando por completo que estamos en un mundo de tres dimensiones en donde nacemos, vivimos y morimos, mientras experimentamos la dualidad.

Hemos ido demasiado lejos en una dirección equivocada.

Ha llegado el momento de utilizar el freno de mano y poner la marcha atrás.

Es hora de regresar y de reconocer los errores cometidos:


De todas formas, feliz año nuevo para todos,... seáis machos, hembras o andróginos!!!!

Feliz borrón y cuenta nueva,
antes que nos caigamos de la higuera
sin haber podido disfrutar de la primavera

Larga vida a la Mujer, en ella está la clave para que en lugar de caer,... podamos experimentar la dualidad.

Johnny McClue 2017


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